Pertenecer a la noche
muerta,
con las mentiras habituales,
pero intento despejar la
niebla
y ella me invade.
Cada átomo crecerá en la
oscuridad
y la niebla, al final,
prevalece.
Domingo de recuerdos y
olvidos,
esta es la vida
que no elegí,
simplemente me atrapó.
Respirando la niebla
sin un rayo de sol
presente,
sin el calor de unos
labios,
respirando la niebla
sin ver un futuro.
Si hubiera dicho las palabras,
si la valentía hubiese sido conjurada,
no lamentaría hoy
respirar esta
niebla,
aunque quizás hubiese otro sol negro.
Perdí los besos, extravié
las rosas
en el humo de la
noche
y no he
podido despejarlo,
permanezco estático
solo, respirando la
niebla.